Autor: Cnel (r) Carlos Eduardo Vera Vivas
El estudio de la historia permite al lector la posibilidad que de acuerdo a un evento específico del pasado se puedan conocer no solamente los hechos concretos, sino que analizando desde diferentes ángulos se forme una opinión propia de cómo realmente sucedieron las cosas.
Para los venezolanos, quiénes aprendimos a amar a nuestra Patria desde la escuela primaria, recibimos del programa de estudios de nuestras épocas, las primeras luces en relación a la Historia de Venezuela y su importancia, y uno de esos episodios importantes fueron los eventos acaecidos el 19 de abril de 1810 en la Plaza Mayor de Caracas inmediatamente finalizada la Misa del Jueves Santo.
Aunque muchos historiadores dicen que lo que sucedió realmente fue solo un mero reconocimiento a la autoridad del Rey Fernando VII y el desconocimiento de José Bonaparte, mejor conocido como Pepe Botella como Gobernante de España y sus Colonias; sin embargo ese fue solo un hecho que vino acompañado de una serie de antecedentes y que luego de ese momento conllevó a una serie de acontecimientos que traerían como resultado un año mas tarde la Declaración y Firma de la Independencia Venezolana.
Como antecedentes, podemos citar la Rebelión del Negro Miguel de Buria en Yaracuy en 1553, el Movimiento pre independentista de José Leonardo Chirino en 1795, la conspiración de Gual y España en 1797, la expedición libertadora de Francisco de Miranda en 1806 y la conspiración de los Mantuanos en 1808. Todos los movimientos tienen algo en común, el firme rechazo al abuso y a la opresión recibido de manera injusta. Aunque si tomamos el ejemplo del Rebelde Negro Miguel, como fue conocido en su época, no podriamos tomarlo como un movimiento independentista para la nación, puesto que fue solo un alzamiento de esclavos debido al mal trato de sus esclavizadores; sin embargo, se puede tomar como el primer movimiento venezolano de rechazo a la tiranía y de ahí es que lo incluimos como antecedente.
El Movimiento de José Leonardo Chirino, ocurrido en la Serranía de Falcón, cerca de la localidad de Curimagua, tuvo como precedente el hecho de que el Zambo Chirino procedía como exclavo de las Islas Francesas con las ideas libertarias que se propagaban en la nación Gala. Su revolución tenía como objetivos la instauración de lo que se llamaba la “Ley Francesa” entendiéndose como el establecimiento de una República Democrática, la libertad de los africanos esclavizados y la abolición de la esclavitud, la eliminación de los tributos pagados por los indígenas y la eliminación de la Aristocrácia Blanca.
Este manifiesto hace temblar al dominio ejercido por la sociedad criolla en el Occidente del País, pero como el movimiento fue expontáneo, sin planificación, sin organización y sin mas recursos que los que se iban consiguiendo al paso de cada hacienda tomada, en su paso a Coro fue repelida por los Aristócratas de Coro, quienes se pudieron reorganizar con armas de fuego y cañones con los que redujeron al desorganizado ejército de Juan Cristóbal Acosta en nombre de Chirino. Al enterarse de este fracaso, Chirino se interna en la serranía y pide apoyo a los Caciques de la región, pero Chirino es traicionado y entregado por uno de sus colaboradores y es llevado a Caracas donde es sentenciado a muerte. Este movimiento, aunque no trajo como consecuencia la libertad de Venezuela, tuvo sus frutos, porque a partir de ese momento, se redujo y humanizó el cobro de impuestos, pero también permitió encender la chispa libertaria que seguiría dos años despues.
También es importante destacar que, en sus pretenciones, sugería un sistema de gobierno igualitario, sin condiciones sociales, sin opresión y sin excesos sobre sus ciudadanos siguiendo los principios libertarios establecidos en la revolución francesa.
Seguidamente el movimiento iniciado por Pedro Gual y José María España efctuado entre La Guaira y Caracas se debe destacar que tuvo participación de varios sectores de la vida Social Capitalina y Guaireña de la época a excepción de la Clase dominante Mantuana. Esta Revolución, inspirada en la Revolución Francesa, tenía como objetivo un proyecto igualitario, democrático y republicano extensible a todo el continente. Su proposito era restituir al pueblo americano su libertad. Es muy importante nombrar que en este movimiento hubo la participación tanto de criollos, como de Españoles de sentimiento republicano, como por ejemplo Juan Bautista Picornell, quien junto a otros habían participado en Madrid en una Revolución de características similares. Lo importante de este movimiento fue la primera vez que se sugiere a una Venezuela independiente, regida por un nuevo gobierno, y la declaración de los Derechos del Hombre inspirados en el ejemplo Francés de Igualdad, Fraternidad, Libertad y añadiendo Propiedad, a fin de eliminar las Clases Sociales.
En 1806, Francisco de Miranda emprendió desde Nueva York una expedición con el apoyo de Oficiales y Soldados Norteamericanos con pretenciones de llevar la llama libertadora a su País natal. Aunque esta expedición no tuvo el efecto deseado, Miranda logró poner pié en La Vela de Coro, donde izó por primera vez la bandera que simbolizaría hasta el momento la nueva Venezuela libre.
En 1808, los Franceses invaden España, encarcelan al Rey Carlos IV y a su hijo Fernando VII, creando de esta manera un vacío de poder; paralelamente la Clase Social Dominante en Venezuela, los Mantuanos al enterarse de estos acontecimientos, y siendo quienes controlaban en Cabildo, el Real Consulado y la Agricultura, y teniendo noticias de que en otras provincias españolas se organizaban movimientos emancipadores para resistir a las Fuerzas Invasoras Españolas, le solicitan al Capitán General Interino de Venezuela, Juan de las Casas, que convoque a una junta para nombrar un gobierno local presidido por representantes meramente Mantuanos, el Capitán General se niega y hace que este movimiento fracase, no solamente por la sugerencia del desconocimiento del Monarca Español, sino porque lejos de ser un movimiento emancipador para beneficio nacional, era solo un acomodamiento de la Clase dominante, tomando también en consideración que un Batallón de Milicias en su mayoría Pardos se dispuso a Combatir a los Mantuanos si estos se oponían al Gobierno instaurado.
La chispa emancipadora aún seguía encendida, mucha información se recibe del viejo Continente, cruzada con el fragor y el ímpetu libertario que esparcieron las revoluciones francesa y norteamericana, ambas con un protagonista en común, quien desde Londres seguía sus esfuerzos por la consolidación del sueño libertario, Don Francisco de Miranda.
Los Mantuanos aprendiendo la dura lección que implicaba intentar un movimiento emancipador, sin el concurso de toda la colectivida de la Provincia, así que esta vez lograron la colaboración de los Batallones de Veteranos y Milicias, así como también parte del clero y otros sectores de la sociedad, pero principalmente de una importante representación del pueblo. De esta manera, y sin posibilidad de resistencia, los Mantuanos establecieron una Junta con el propósito de regir a la Provincia sin el dominio Español.
Durante esos dos años posteriores al primer fracaso, los ánimos se caldean. La chispa independentista toma fragor y los eventos confluyen en aquella mañana en plena celebración de la Semana Santa. Los agitados revolucionarios habían convocado a Cabildo para tratar el único punto, la Independencia absoluta de la Provincia de Venezuela. El Capitán General Vicente Emparan, consciente de los acontecimientos y de la imposibilidad de poder persuadir a los revolucionarios, decide en acto de indecisión suspender la sesión de Cabildo a fin de ganar tiempo mientras recibe instrucciones de España, de esta manera, se dirige a la Catedral, pero es interceptado por Francisco Salias, quien lo toma de un brazo y le invita a regresar al Cabildo. Este acto fue enérgicamente aplaudido por la muchedumbre.
Aunque hubo un intento de persuación por parte de la Guardia Real que custodiaba a Emparan, su Oficial al mando les ordenó mantenerse firmes y no actuar. De esta manera, el Capitán General regresa al Cabildo esta vez acompañado de los Alcaldes, Regidores y Notables mientras que el pueblo enardecido invadía la Plaza Mayor. Seguidamente llega al Cabildo el Abogado Juan Germán Roscio, el Canónigo José Cortés Madariaga y otros representantes del pueblo y el Clero para incorporarse a la reunión. La muchedumbre gritaba a las puertas del Cabildo, la sala estaba agitada, Vicente Emparan entre dudas e indecisiones; presionado por los presentes en aquella sala y sin otra alternativa, luego de discutir con quienes le pedían una proclama sugirió que fuese el pueblo convocado en la Plaza Mayor quien decidiera.
Dirigiendose al balcón del Cabildo que da hacia la Plaza solicita calma y silencio para hablar y pregunta en voz alta: „…Pueblo de Caracas, quereis que os siga gobernando?“ El Clérigo Madariaga, quien se encontraba tras de el hizo una señal negativa con el dedo indice vista solo por la muchedumbre, resultando en un airado y enardecido „…No, no te queremos…“ a lo que Emparan responde „…Pues si Vosotros no me quereis, yo tampoco quiero el mando…“ marcando con esto el inicio del fin del Imperio Español en Venezuela, quedando de esta manera establecida la que se llamaría Junta Suprema Conservadora de los Derechos de Fernando VII.
El mismo 19 de abril de 1810 fue redactada el acta en la cual se consignaba el establecimiento de un nuevo gobierno. En la misma se precisaba que el gobernador y capitán general, el intendente de Ejército y Real Hacienda, el subinspector de artillería y el auditor de Guerra y asesor general, así como la Real Audiencia, quedaban privados del mando que ejercían, a la vez que suprimían esas instituciones. En consecuencia el Cabildo de Caracas, con sus 2 alcaldes José de Llamozas y Martín Tovar y Ponte a la cabeza, asumió el poder, incorporando en su seno a los representantes del clero, del pueblo y de los pardos, ya mencionados, mientras que el mando militar era confiado momentáneamente al teniente coronel Nicolás de Castro y al capitán Juan Pablo Ayala. El acta del 19 de abril fue firmada por todos los asistentes al Cabildo extraordinario de ese día, incluyendo a los funcionarios españoles depuestos (Vicente Emparan), los que desempeñaron un papel secundario y los que a partir de ese momento asumieron el poder (Tovar, Roscio, Cortés de Madariaga, etc.). El acta fue leída el mismo día en diversos lugares de Caracas por los escribanos Fausto Viaña y José Tomás Santana, quienes certificaron que la población reaccionó gritando las siguientes consignas: “Viva nuestro Rey Fernando VII, nuevo Gobierno, Muy Ilustre Ayuntamiento y Diputados del Pueblo que lo representan”.
Revisando los hechos acontecidos cuyo resultado permitió dar los pasos para la consolidación de los movimientos independentistas de la región, hay una serie de factores presentes hoy en día que permanecen dentro del gentilicio nacional, y es el deseo imperecedero de la libertad y el rechazo absoluto a todo tipo de dominación cuyo resultado solo han sido catastrofes y destrucción.
Si bien es cierto que cada uno de estos movimientos tuvieron su relevancia, es importante tomar en consideración el motivo por el cual muchos de ellos fracasaron en su momento y que permiten recordar los recientes intentos nacionales por recuperar la libertad y la democrácia.
Analizando las causas del fracaso de los movimientos previos al 19 de abril, podemos resaltar: Falta de organización, falta de preparación, movimientos espontáneos sin dirección adecuada, falta de logística, traición, egoísmo de clases, poca información a la colectividad, ambiciones sectarias entre otras causas.
Si extrapolamos todas esas causas a la actualidad, podemos ver que Venezuela hoy en dia, viviendo uno de sus más oscuros capítulos ha tenido también de manera valiente sus respectivos intentos por lograr su libertad; sin embargo, las causas citadas anteriormente vuelven a tomar vigencia, cuando una cúpula que responde a intereses de toda índole, no solamente traiciona los movimientos espontáneos que han surgido, sino que han contribuido a la asfixia y el fracaso de todos estos eventos, trayendo como resultado una situación de secuestro a lo más preciado del ser humano, la libertad.
Pero también es oportuno citar cuales fueron las causas del éxito del 19 de abril de 1810, y aunque no condujo a la independencia definitiva de Venezuela, marcó el primer paso para esto. Estas causas fueron el análisis del fracaso de los movimientos anteriores y su correspondiente corrección, la distribución equitativa, oportuna y colectiva de la información, el concurso de TODA la sociedad civil y militar, y el deseo irrenunciable de alcanzar el objetivo, que al final se logró.
Muchos han sido nuestros mártires en estos últimos 23 años, cuya lista haría extenso este artículo, y que sin nombrarlos queremos recordar. Aquellos quienes se les negaron el derecho a la vida por exigir el derecho irrenunciable a la libertad. Aquellos quienes valientemente, unos armados solo con consignas, escudos de cartón o pancartas; otros utilizando las armas de la nación cumpliendo con el sagrado juramento ante Dios, y la Bandera de utilizarlas en contra de toda amenaza interna o externa quienes cayeron o han sido encarcelados, pero no con ello significa que la chispa de la libertad se haya extinguido y por ello queremos aprovechar el espacio para rendirles su correspondiente homenaje, nombrandolos como los verdaderos herederos de aquellos que hace mas de 200 años tambien ofrendaron sus vidas por alcanzar el mismo anhelo.
Es aquí cuando debemos reflexionar todo lo perdido en estas dos décadas, que de una u otra manera conviviendo y permitiendo pasivamente que nuestro gentilicio se vaya aniquilando por la mera ambición y codicia de un reducido grupo de apátridas guiados por un mal foráneo ajeno a la cultura criolla, lleno de odio y destrucción; es aquí cuando tenemos que entender, que para tener nuestro 19 de abril de hoy en dia, y lograr la recuperación del Estado Democrático Venezolano, para que Venezuela vuelva a ser de los Venezolanos y para que logremos la reconstrucción del país en todas sus áreas, debemos unirnos, trabajar juntos para lograrlo, sin mezquindad, sin intereses ajenos, sin traiciones ni agendas ocultas, sin vacilación ni indecisión, todos debemos contribuir a un solo propósito común, LA LIBERTAD.